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Hacia el año 48 se plantea en Antioquía el problema relativo a la circuncisión de los no-judíos, cuando los cristianos procedentes de Judea piden la “libertad alcanzada en Cristo Jesús”, que también invocan Pablo y Bernabé para no imponer este rito a los cristianos procedentes del paganismo. La comunidad decide entonces llamar en causa a los Apóstoles y a los Ancianos de Jerusalén y envía a Pablo y Bernabé, con su compañero griego Tito, acompañados por una delegación.
Se da una forma de división del campo misionero: Santiago, Cefas y Juan hacia los judíos, mientras que Pablo y Bernabé hacia los paganos.
El llamado “Apóstol de las gente. Es el primero que tuvo como experiencia sólo la del Resucitado. Este judío nacido en Tarso (hoy Turquía oriental), que recibió del rabino Gamaliel el Viejo una enseñanza rigurosa de la Ley y que es un ciudadano romano, recibe como misión concreta la de ir a predicar la Palabra de Dios a todos los hombres. Con Pablo, en pocos años y de modo ardiente, “la ley sale de Sión y la palabra de Dios de Jerusalén”, como había profetizado Miqueas (4,2). Pablo va a dar testimonio de las enseñanzas de sus padres y de lo que ha experimentado: ¡Cristo ha resucitado.
ResponderEliminarÁnimo hermanita, me da gusto el ver todo el interés que pone por aprender sobre todo esto. Un abrazo y está en mis oraciones. P. Luis Gala
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